De la misma manera que hay quien todavía sigue difundiendo los mitos que niegan la influencia del ser humano en el cambio climático, también existe quien propaga que reciclar los residuos generados no tiene ninguna utilidad y en ocasiones hasta puede llegar a ser contraproducente.
Como otros tantos falsos mitos, resulta sencillo desmontarlos con hechos de tal manera que resulta imposible encontrar justificación para no reciclar. El reciclaje tiene innumerables beneficios ambientales, sociales y económicos. Por ello, relacionado con la producción y consumo responsable, Naciones Unidas contempla un objetivo a 2030 para “reducir considerablemente la generación de desechos mediante actividades de prevención, reducción, reciclado y reutilización”.
A continuación desgranamos esos falsos mitos, que a veces se camuflan como excusas:
1. “Los productos fabricados con materiales reciclados son de mala calidad”
Es habitual escuchar que un producto fabricado a partir de materiales reciclados tiene una peor calidad que un producto fabricado con materias nuevas. Es una creencia falsa, puesto que tanto el vidrio como el aluminio y los plásticos se pueden reciclar y reutilizar de manera ilimitada sin perder sus propiedades.
En el caso del papel y el cartón, se genera una pasta que se utiliza para crear nuevos productos como cajas de zapatos, libros o periódicos con una buena calidad del material. En el caso de las latas, tras el proceso de reciclaje, se convierten en bobinas de aluminio con las que se fabricarán nuevas latas de refresco o de conservas y también darán forma a llantas de bicicleta y a sillas.
Por su parte, los tetra briks, los más difíciles de clasificar por su composición: papel, polietileno y aluminio, serán aglomerado para muebles o lingotes de aluminio en su vuelta a la industria. Los plásticos, PET, PEAD, film y plástico mezcla, son convertidos en poliéster reciclado con el que se crean las fibras textiles de ropa de diseño, como ha demostrado el diseñador Moisés Nieto o la marca española Ecoalf.
2. “Separamos la basura en contenedores pero se mezcla todo en el camión”
Por lo general existen varios tipos de camiones que hacen su recogida de manera independiente. En los casos en los que un único camión vacíe en su interior todos los contenedores de reciclaje, debes saber que se trata de vehículos más modernos con separación de compartimentos en el interior, por lo que cada tipo de residuo está aislado de los demás.
De este modo, todos los residuos separados en los hogares son recogidos y ordenados por los camiones para luego un posterior tratamiento de los mismos.
3. “Reciclar es más contaminante que fabricar un producto nuevo”
FALSO. Resulta menos costoso reciclar que fabricar un nuevo producto de cero, ya que reciclando ahorramos agua, energía y materias primas. Además, reducimos la contaminación que se produce en el proceso de obtención de la materia prima.
Fabricar una lata con materiales reciclados reduce un 95% de energía y en el caso de la fabricación de papel reciclado consume un 62% menos de energía y un 86% menos de agua que el papel nuevo.
Gracias al reciclaje en España, desde el año 1998, hemos ahorrado 408 millones de m3 de agua y hemos evitado el consumo de 26,6 millones de MWh de energía. Sólo en 2015 con la energía ahorrada por el material reciclado, se ha ahorrado la energía suficiente para mantener una bombilla de 60w encendida durante más de 8 millones de años.
Y en cuanto al gasto del transporte de los residuos, llevarlos a las plantas de reciclaje genera la misma contaminación que llevándolo a los vertederos. Además, existen puntos donde se acumulan los materiales reciclados para transportarlos en grandes cantidades, disminuyendo la contaminación.
4. “En las plantas de reciclaje se junta lo que hemos separado”
Es imposible que tras su recogida los diferentes tipos de residuos se mezclen, básicamente porque estas instalaciones suelen estar separadas y sólo llega a cada una de ellas el residuo en cuestión a tratar.
Aunque es imposible que una parte de los residuos no llegue con impurezas procedentes de otro tipo de basura, estas son separadas de manera manual y automática para su correcto procesamiento.
5. “Los objetos solo se pueden reciclar una vez”
Muchos artículos pueden reciclarse varias veces, lo que conlleva ahorros importantes de energía y recursos naturales. Vidrios y metales, entre ellos el aluminio, pueden reciclarse indefinidamente sin perder su calidad. De hecho, las latas de aluminio han demostrado constantemente tener el valor más alto entre las materias primas recicladas y su demanda sigue siendo alta.
Es cierto que las diminutas fibras que componen el papel se dañan un poco más cada vez que se recicla. Sin embargo, la calidad del papel elaborado a partir de contenido reciclado ha mejorado drásticamente en los últimos años. El folio medio de papel de impresora virgen puede reciclarse de cinco a siete veces antes de que las fibras se degraden demasiado como para ser útiles como nuevo papel. Después, todavía pueden convertirse en materiales a base de papel de baja calidad, como hueveras de cartón o etiquetas de paquetes.
Normalmente, el plástico solo puede reciclarse una o dos veces para formar un nuevo producto de plástico. Muchas veces será algo que no tenga que contener alimentos o cumplir exigencias de fuerza estrictas, como los artículos del hogar ligeros. Eso se debe a que los polímeros se descomponen en el proceso de reciclaje. Sin embargo, los ingenieros siempre buscan nuevos usos derivados, como elaborar «madera» de plástico polivalente para plataformas o bancos, o mezclar plásticos con asfalto para crear materiales de carreteras más duraderos.
6. “El reciclaje hace perder puestos de trabajo”
Es justo al contrario. En los países donde el reciclaje se ha institucionalizado como una costumbre extendida, la necesidad de crear plantas de reciclaje en algunos casos ha multiplicado hasta por diez la tasa de empleo del sector.
Por ejemplo, la Comisión Europea estima que con una correcta gestión de los residuos se crearían más de 400.000 puestos de trabajo, unidos a los 72.000 millones de euros de ahorro para los países comunitarios y el lógico beneficio para el medio ambiente.
7. “Que yo recicle no va a cambiar las cosas”
Reciclar es un paso enorme para cuidar el medioambiente con acciones muy sencillas. Además, se complementa con otras como el consumo responsable, el transporte sostenible, la reutilización y otros pequeños gestos que hacen mucho si los sumas.
En el caso del reciclaje, las 1,5 millones de toneladas de envases
recicladas en 2018 evitaron la emisión de 1,6 toneladas de CO2 a la atmósfera, además de conseguir el ahorro de 6,21 millones de MWH. El reciclaje de cada uno de los ciudadanos que ha dado el paso ha derivado en aire limpio, entre otros beneficios directos. Solo reciclando no salvamos el planeta, pero uniendo pequeñas acciones damos un primer paso para conseguirlo.
Estas son las leyendas más habituales que podrás escuchar para no reciclar. De todas formas, recuerda que, siguiendo la regla de las 3R, reciclar es el último paso tras reducir el consumo al mínimo necesario y reutilizar todo aquello que todavía puede tener una segunda utilidad.
Deja una respuesta
Debe iniciar sesión para publicar un comentario.