Los hábitos de vida en nuestra alimentación influyen de un modo determinante tanto en nuestra salud como en la del planeta. Para encontrar una armonía y un equilibrio adecuado hay algunas sencillas pautas que podemos seguir, y si llegas al final del artículo encontrarás una receta fácil, fresca y ligera ¡perfecta para acabar el verano!
Dieta mediterránea
Más que una “dieta” podríamos decir que es un estilo de vida que ha perdurado desde hace cientos de años en los países de la cuenca mediterránea. Y es que, a parte de los alimentos, lo que une a estos países son las costumbres, celebraciones y tradiciones que giran alrededor de su gastronomía.
Reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, promueve una alimentación saludable que nos permite degustar sabrosos platos y cuyo pilar fundamental y tesoro más preciado es el aceite de oliva, altamente valorado por sus propiedades cardioprotectoras y rico en vitamina E.
Frutas, verduras, legumbres, champiñones y frutos secos son nuestra principal fuente de vitaminas, minerales y fibra, además de las hierbas aromáticas y condimentos que la enriquecen con una alta cantidad de micronutrientes.
Consumir frutas y hortalizas de temporada
En artículos anteriores ya hemos hablado de que escoger alimentos de proximidad y de temporada es bueno para tu bolsillo y para el planeta. Si además procuramos hacerlo en el pequeño comercio de nuestro barrio o directamente al productor o agricultor de la zona nos aseguramos de contribuir a un comercio justo y local lo que, a su vez, ayuda a promover el bienestar social.
Además también es muy poco probable que estos pequeños productores utilicen en sus técnicas de cultivo agentes tóxicos y nocivos para el medio ambiente. Estos pesticidas, herbicidas y plaguicidas se utilizan a menudo para controlar plagas y garantizar el crecimiento de los cultivos. Y, en ocasiones, acaban perjudicando también los propios ecosistemas de los que se nutren. Entre ellos afectan a insectos polinizadores que son imprescindibles para la subsistencia del planeta, como son las abejas, y de la misma forma, a través del riego se acaban extendiendo por la tierra, los ríos y mares, contaminando todas las formas de vida y el agua que nosotros bebemos.
Reducir el consumo de carne
De entre todas las acciones que podemos llevar a cabo en nuestro día a día ninguna es tan efectiva para combatir la crisis climática como la reducción drástica del consumo de carne.
Según un informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, criar ganado de manera intensiva produce más gases de efecto invernadero (medido en equivalentes de CO2) que todos los coches, camiones, trenes, barcos y aviones del mundo.
Para adaptarte poco a poco puedes empezar con retos breves como los lunes sin carne o la semana sin carne. Para poder completar el aporte nutricional podemos aumentar la ingesta de verduras, cereales, soja y otros alimentos que aportan hierro y las proteínas necesarias.
Actividad física
Es importante complementar una alimentación sana y sostenible con la realización de actividad física suave o moderada al menos 4 veces a la semana. En próximos artículos daremos algunos consejos de ejercicios así como las claves para una correcta técnica de carrera teniendo en cuenta la estructura y función del pie.
Recetas sencillas
Como todo en la vida menos es más también en la alimentación.
Cuanto más sencilla es la elaboración de los platos, mejor. Tomar las verduras crudas, por ejemplo, es la mejor forma de aprovechar todas sus vitaminas y minerales.
A continuación os dejamos una receta fresquita e innovadora de Laura de Shoot the cook ¡Perfecta para finalizar el verano!
GAZPACHO VERDE 🌿
¡Con su color te atrae y con sus ingredientes te refresca! Es muy rico, ligero y con un delicioso toque a albahaca 🍃
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📝 INGREDIENTES (4 vasos)
1 tomate grande (variedad verde)
1 pimiento verde
1/2 pepino
1/2 aguacate
1/4 cebolla
1/2 ajo
6 hojas albahaca (opcional)
1 cda. de vinagre
1/2 cdta. de sal
150 ml de agua
150 ml de aceite de oliva
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👉🏻 ELABORACIÓN
- Retira las pepitas del tomate, del pimiento y del pepino.
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- Pon todos los ingredientes en la batidora y tritura hasta tener una textura homogénea. Añade el aceite, mejor poco a poco, y sigue batiendo. Pruébalo y ajusta de sal. ¡Disfrútala!
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